Y empezó a llover. Y llegó el frío. Y con este paisaje gris empezaba uno de los mejores partidos que se podían ver este fin de semana en nuestra localidad. Nuestros panaderos se enfrentaban a un rival invicto con la clara intención de romper su racha. El partido comenzó con una intensidad asfixiante por parte de ambos contendientes. Muy acertados al inicio, los visitantes dejaron claro por qué dirigen la clasificación. Por desgracia para ellos, nuestra escuadra de corremayos no quería quedarse atrás en ningún momento en el marcador. Agresivas penetraciones y mucha mente fría permitieron a los locales acabar tan solo a dos canastas de sus rivales. Tras el 12-16 del primer cuarto, el segundo comenzó mucho más estratégico. Monteagudo dejó de lado una defensa en zona muy efectiva y pasó a defender al hombre, decisión táctica que debía beneficiar a los nuestros, los cuales hicieron gala de varias de sus jugadas ensayadas. Por parte de nuestros reposteros, se defendería en zona solo tras canasta. Sin embargo, nuestra mayor baza seguían siendo las continuas penetraciones y las muchas faltas que se sacaban. Físicamente la intensidad no bajó en ningún momento, y eso nos hacía preveer un final de partido muy alocado por un previsible agotamiento de las escuadras. El mayor error de los locales fue conceder segundas oportunidades, especialmente al descuidarse en los rebotes. Difícil es describir la tensión vivida en la pista. Al final de la primera mitad, la victoria se acercaba al lado alhameño con un 33-32 en el electrónico. Y Alhama seguía mandando en el marcador. Muy acertados bajo el aro y apretando mucho en defensa, así empezaba el tercer cuarto para el cuadro local que, por desgracia, seguía perdiendo balones en los pases. Parece que ir por debajo generaba ansiedad para Monteagudo, quizás poco acostumbrado a esta situación. Precipitados en los tiros y con posesiones muy cortas. 49-45 terminaban los primeros 30 minutos de juego. Durante el último cuarto la intensidad no bajó. No podía bajar, quien la bajara perdería. Nuestros corremayos empezaron muy concentrados y acertados con el tiro exterior. Un parcial de 8-4 durante los primeros minutos sirvió para poner nervioso al cuadro rival, que agotó los tiempos muertos para intentar frenar el avance de los panaderos. Los últimos minutos fueron de infarto. Monteagudo quiso forzar el bonus y confiaba en que Alhama fallara los tiros. Pero no fue así, y con sangre fría y muy buenas decisiones se conseguía vencer al actual líder. Al final, 66-63.